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  • Luis A Ramírez

Desmantelando prejuicios


En nuestra sociedad actual, es común caer en la ilusión de una "perfección" inalcanzable, alimentada por una concepción distorsionada de la belleza que se nos muestra a través de las pantallas y las redes sociales. Como fotógrafo especializado en retratos femeninos y defensor de la belleza natural y genuina, quiero compartir mi opinión sobre la necesidad de desmantelar los prejuicios asociados a una imagen corporal falsa.


Primero, es importante entender que la belleza va más allá de la apariencia física. Es un reflejo de quiénes somos como personas, una combinación única de nuestra personalidad, nuestras experiencias y nuestro amor propio. Sin embargo, con la saturación de imágenes corporales estandarizadas y retocadas, es fácil olvidar esta realidad.


Estas representaciones falsas fomentan la idea de que solo hay una manera "correcta" de ser, alimentando prejuicios y creando presiones innecesarias sobre cómo deberíamos vernos. Nos enseñan a compararnos con los demás, a juzgarnos a nosotros mismos y a luchar por un ideal que no solo es inalcanzable, sino también engañoso.


Es importante mencionar que no estoy en contra de las cirugías ni de los procedimientos estéticos. Los apoyo cuando son una decisión personal y consciente, orientada a mejorar la autoestima y a subsanar sentimientos negativos o inseguridades. Lo esencial aquí es entender que estos procedimientos, sean sutiles o drásticos, deben hacerse por las razones correctas. No deberíamos buscar modificaciones corporales en un intento de cumplir con los estándares de belleza impuestos por la sociedad, sino que deben ser un medio para sentirnos más a gusto con nosotros mismos, aumentar nuestra autoconfianza y mejorar nuestra autoimagen. Cada persona tiene el derecho a buscar su propia felicidad y bienestar, y si estos procedimientos contribuyen a ello, los aplaudo.


Como fotógrafo, he sido testigo directo de cómo estos prejuicios pueden afectar la autoestima y el amor propio. A través de mi lente, he podido apreciar la belleza que radica en la autenticidad y la diversidad, y mi principal objetivo es hacer que cada mujer que retrato sienta y reconozca su belleza única.


El Boudoir, estilo que he adoptado y con el que me siento profundamente identificado, busca precisamente romper con estos prejuicios. Es una celebración del cuerpo en su estado más natural y puro, permitiendo a cada mujer redescubrir su amor propio y apreciar su belleza en todos sus detalles.


Es crucial aprender a apreciar y amar nuestros cuerpos tal como son. Cada estría, cada cicatriz, cada curva tiene su propia historia y son esas historias las que nos hacen únicos. La verdadera belleza no consiste en alcanzar un ideal ficticio, sino en abrazar y celebrar nuestra individualidad.


Un abrazo de Oso

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