Hoy, mientras celebro mis 53 primaveras, quiero compartir con ustedes una reflexión sobre el intenso año que estoy viviendo, uno lleno de crecimiento, transformación y evolución en cada faceta de mi vida.
Comenzando con la parte física, este año me ha enseñado a redescubrir y valorar mi cuerpo de una forma completamente nueva. He vuelto al gimnasio, no buscando un cuerpo de revista, sino un cuerpo saludable, lleno de energía, listo para enfrentar cualquier desafío. He aprendido a ver la comida no como un enemigo, sino como una fuente de nutrición y energía, gracias a la ayuda de una nutricionista. Me he atrevido a ciertos "chineos" estéticos, no por vanidad, sino por un profundo respeto y gratitud hacia este cuerpo que me ha sostenido durante más de medio siglo.
Este año también ha sido uno de gran crecimiento intelectual. Como fotógrafo especializado en Boudoir, siempre estoy buscando formas de mejorar mis habilidades y técnicas. Me he sumergido en estudios sobre nuevas tendencias, estilos y elementos que pueden enriquecer mis sesiones fotográficas. He asistido a talleres, he leído libros, he buscado mentores y críticos que me ayuden a ver mi trabajo desde diferentes perspectivas.
Y a través de este constante aprendizaje, he llegado a apreciar aún más la belleza de las mujeres que tengo el honor de fotografiar. Cada mujer tiene una historia única, y mi objetivo es capturar esa historia, esa esencia, en cada retrato.
No obstante, este año no sólo ha sido de crecimiento físico e intelectual, sino también espiritual. He buscado formas de conectar con esa parte de mí que va más allá de lo físico, de lo mental. He encontrado paz en la meditación, y una sensación de unidad con la naturaleza durante mis caminatas al aire libre.
Y en medio de todo esto, he aprendido a valorar más que nunca los lazos que me unen a las personas que amo. He descubierto la importancia de dedicar tiempo de calidad a mi familia, a mis amigos. He aprendido a apreciar esos momentos de quietud y soledad, esos momentos en los que puedo escucharme a mí mismo, en los que puedo encontrar mi norte.
Hoy, en mi cumpleaños, miro hacia atrás y veo todo lo que he logrado. Veo los desafíos que he superado, los obstáculos que he atravesado. Y aunque el camino no siempre ha sido fácil, cada paso ha valido la pena. Cada paso me ha llevado a donde estoy ahora.
Al mirar hacia el futuro, siento una enorme emoción e ilusión. Este año ha sido un año de renovación y de reenfoque. Ha sido un año de volver a las bases y de construir desde ahí. Pero también ha sido un año de abrir nuevas puertas, de explorar nuevos caminos y de abrazar nuevas posibilidades.
En cuanto a mi trabajo, estoy deseoso de seguir explorando nuevos estilos y técnicas en la fotografía Boudoir. Deseo seguir aprendiendo y creciendo como fotógrafo, y espero poder continuar desafiándome a mí mismo para capturar la belleza única e íntima de cada mujer que pose frente a mi lente.
Imagino las futuras sesiones fotográficas, las nuevas caras y personalidades con las que me encontraré. Las historias que aún no he escuchado. Y con cada nueva sesión, cada nueva historia, seguiré aprendiendo, creciendo y evolucionando.
Además, en este camino de crecimiento personal, estoy ansioso por seguir fortaleciendo mi salud y bienestar, y continuar este viaje de autodescubrimiento. Este camino de equilibrar el cuidado de mi cuerpo, la nutrición adecuada, el aprendizaje continuo y la búsqueda de un equilibrio espiritual y holístico.
Y con todo esto, no puedo olvidar la importancia de las relaciones en mi vida. Mi familia, mis amigos, los lazos que he construido a lo largo de los años. Quiero seguir nutriendo estas relaciones, seguir dedicando tiempo y energía a las personas que amo. Quiero seguir aprendiendo de ellos, creciendo con ellos y apreciando cada momento que paso en su compañía.
Así que hoy, en mi cumpleaños, celebro no solo un año más vida, sino también un año de evolución. Y mientras me preparo para brindar, soplar una candela más y cantar (sin cha-cha-cha por favor...jaja); deseo que este camino sea largo y pleno. Un camino que me ha llevado hasta ahora a lugares que nunca pensé que visitaría, que me ha enseñado cosas sobre mí mismo que nunca pensé que aprendería. Un camino que estoy emocionado de seguir explorando.
Un abrazo de Oso
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